Cuando miraba Toledo desde la otra orilla del río Tajo fantaseaba con la cantidad de secretos que guarda esta ciudad. He tenido 24 horas para disfrutar de su fuerte personalidad y, de ellas, sólo 5 para hacer fotos, también había que trabajar. He subido y bajado escaleras siempre en busca de la luz, algo que no es sencillo en ese laberinto de calles estrechas en las que se respira arte, algo de misterio y mucha historia. Un domingo, a las […]