Los años treinta del siglo pasado supusieron un interesante despertar de la fotografía en Estados Unidos. Surgieron grandes fotografos como Minor White, Walker Evans, Berenice Abbott, Dorothea Lange, Ben Shahn, Ralph Steiner, Margaret Bourke-White…una de esas fotógrafas que surgió casi de la nada fue Helen Levitt y a mi siempre me ha gustado su manera de mirar. Maria Morris Hambourg en su libro Helen Levitt (1) la define como la “Fotógrafa de fotógrafos”, alguien más valorado por sus propios colegas fotógrafos que por el gran público.
Helen Levitt nace en 1913, en un barrio al sur de Brooklyn (Nueva York) llamado “Bensonhurst”, en una familia de clase media de inmigrantes ruso-judíos. A pesar de haber nacido con el síndrome de Ménière (una enfermedad del oído interno que produce mareos, episodios de vértigo y zumbidos en los oídos), disfrutó de aficiones como la música, el ballet o el cine a lo largo de su vida. En su adolescencia soñaba con ser artista y la escuela secundaria no le divertía demasiado así que, en su último año, decidió dejar los estudios. Según contaba después “había demasiadas cosas en mi vida que me estaban distrayendo”. Era el año 1931 y, a través de unos amigos de su madre, empieza a trabajar en el estudio que tenía en el Bronx el fotógrafo J. Florian Mitchell: “le ayudaba en el cuarto oscuro imprimiendo y revelando…Mi sueldo eran 6 dólares a la semana”. J. Florian Mitchell formaba parte del Pictorial Photographers of America por lo que debía estar al tanto de las publicaciones de Alfred Stieglitz (del que ya he hablado en mi anterior post sobre Walker Evans) quizás fue algo que pudo compartir con Helen…o no. La realidad es que, con el dinero que va ahorrando de su sueldo se compra su primera cámara, una Voigtländer de segunda mano (similar a la utilizada por Brassaï en sus primeros años). En estos años va adquiriendo los conocimientos técnicos necesarios para hacer sus propias fotos.
Desde 1931 hasta 1935 empieza a familiarizarse con los movimientos fotográficos del momento. En 1930 se había creado la Workers Film and Photo League una cooperativa de cineastas, fotógrafos y escritores dedicada a promover el cambio social a través del cine y la fotografía que generaban material gráfico para las publicaciones de izquierdas en Estados Unidos y en la que participaron fotógrafos de distintas ciudades. Helen Levitt empezaba a conocer el trabajo documental que estaban haciendo estos fotógrafos que, en ese momento de su vida, probablemente tuvo influencia en su trabajo: “Nos mudamos a la calle Treinta y seis con Lexington. Un bonito apartamento por sólo noventa dólares al mes. Yo quería ser fotógrafa porque quería ser artista y el dibujo no era lo mio. Comencé a tomar fotos de personas negras y en barrios de clase trabajadora. Los encontré extremadamente exóticos. Me condicionaron los tiempos que me tocó vivir, traté de fotografiar a la clase trabajadora” (2) Aunque participó en algunas actividades de la Photo League, nunca se incorporó al movimiento: “Decidí que debería tomar fotos de personas de la clase trabajadora y contribuir a los movimientos. Cualesquiera que fueran los movimientos, había socialismo, comunismo, lo que sea que estuviera sucediendo” (3)
Empieza a conocer el trabajo que está haciendo el fotógrafo Ben Shahn en Nueva York (15 años mayor que ella, Ben Shahn es un fotógrafo de origen Lituano, como el padre de Helen, que también participó en el trabajo de la FSA con Walker Evans): “Las fotografías que Shahn tomó de la vida en las aceras de Nueva York en los años 30 tenían una espontaneidad cruda y directa”. En 1935, un joven Cartier Bresson pasa por Nueva York a su regreso de su viaje por México para preparar una exposición llamada Documentary and anti graphic photographs, junto con Walker Evans y Manuel Alvarez Bravo, en la Galería de Julien Lévy (el mismo que ayudó a Berenice Abbott a hacerse con parte de los fondos de Eugène Atget). Helen Levitt visitó la exposición y resultó toda una revelación: “El nos mostró que usar la cámara para mostrar “condiciones” era una opción limitada. Así que empecé a fotografiar personas” (2) Levitt solía visitar con su amiga Sidney Meyers el estudio de Willard Van Dyke en la calle 9 donde conoce personalmente a Cartier Bresson (4) y tienen una breve amistad. Ella le acompaña en alguna salida por Brooklyn y conoce una parte de su trabajo que no había visto hasta ese momento: “Cuando vi las fotografías de Cartier-Bresson me di cuenta de que la fotografía podría ser un arte. Me hizo ambiciosa. Quise intentar hacer algo parecido en lugar de hacer fotografías que fueran utilizadas para un propósito” (3). A principios de 1936, se hace con una Leica de segunda mano y, en la idea de mantenerse lo más invisible posible a la hora de fotografiar incorpora un visor angular (Winkelsucher): “Había acoplado a mi cámara un pequeño dispositivo que encajaba en la cámara Leica que llamaron winkelsucher, con el que se podía mirar en una dirección y tomar la fotografía en la otra. Podías girar tu cámara a ambos lados”(5). Empieza a hacer fotografías en las calles de Nueva York. Más tarde, a finales de 1937 o principios de 1938 (no está muy claro) conoce el trabajo que había hecho Walker Evans en Cuba para el libro Crime of Cuba y, sin dudarlo, busca el teléfono en la guía y le llama para mostrarle su propio trabajo fotográfico. El día que se presenta en el apartamento de Evans se encuentra también con James Agee y los dos amigos descubren una fotografía directa y sin adornos que les resulta familiar (3). Durante unos años, Levitt se convierte en asistente de Walker Evans. Le acompaña en algunas de sus incursiones cuando estaba trabajando en su proyecto en el metro neoyorquino que ella replicaría unos años más tarde y le ayudó con con las copias de su exposición American Protographs para el MoMA en 1938.
De su trabajo durante estos años cabe destacar su constancia para fotografiar fundamentalmente a los niños en las zonas de Spanish Harlem y el Lower East Side: “Era un barrio muy bueno para tomar fotos en esos días, porque eso era antes de la televisión. Sucedían muchas cosas. Y luego las personas mayores a veces se quedaban sentadas en las escaleras debido al calor. No tenían aire acondicionado en esos días. Fue, no lo olvides, a fines de los años 30. En esos años, esos barrios eran muy activos ” (5) Ella solía decir que fotografiaba niños porque estaban allí, en las calles, jugando: “La gente piensa que me gustan los niños, pero no es así. No más que a otras personas. Era solo que los niños estaban en la calle” (2) El momento en que están jugando los niños es, como decía Walker Evans: “cuando la guardia está baja y no hay máscaras”. De esta forma, el objetivo de Helen Levitt al fotografiar los niños es igual al objetivo de Walker Evans al fotografiar a los pasajeros del metro: ambos están empeñados en capturar el momento en que sus sujetos no son conscientes de la presencia del fotógrafo. Sobre las motivaciones que llevaron a Helen Levitt a esta continua presencia de los niños en su trabajo de estos años se han escito rios de tinta. He encontrado un intereeante ensayo de Elizabeth Margaret Gand titulado: The Politics and Poetics of Children’s Play: Helen Levitt’s Early Work (6) ; en el libro Lírica Urbana, publicado en español por La Fábrica hay un interesante ensayo de Jean-François Chevrier titulado “Helen Levitt. Jugar, trazar” (7). Las fotografías de Levitt también aparecieron en revistas como Harper’s Bazaar, U.S. Camera y PM’s Weekly en un contexto estético más que fotoperiodístico. En 1943, el MoMA presenta una exposición sobre este trabajo titulada Helen Levitt: Photographs of children, en la nota de prensa informan: “Helen Levitt, nacida en Nueva York, callejea tranquilamente por las bulliciosas calles de la ciudad o se encuentra en la esquina de un solar vacía donde juegan los niños. Con su Leica colgada del cuello, los atrapa sin que se den cuenta en el absorbente quehacer de sus propios mundos” (8). En esos momento, Cartier Bresson era prisionero de guerra en Alemania.
En 1941 viaja a México con la esposa de James Agee, Alma, y será la única vez que Helen Levitt va a salir de Nueva York. Seguramente las fotos de México de Cartier Bresson, que había visto años antes tuvieron que ver con su decisión de viajar a ese país. Pero también las fotografías de otros fotógrafos como Manuel Alvarez Bravo, Edward Weston…Siguió fotografiando en barrios populares, en la zona de Tucabaya, La Merced de la misma manera que buscaba ese tipo de fotografía en su propia ciudad. Parece que no le gustó mucho la experiencia y entendió que no estaba hecha para viajar por el mundo como fotoperiodista. Empezó a interesarse por el cine. En este mismo año trabajará como montadora para el director español Luis Buñuel y como colaboradora en sus documentales pro americanos durante la segunda guerra mundial.
Entre 1945 y 1950 pasan algunas cosas interesantes en su carrera cinematográfica. Durante un par de años se dedica a grabar imágenes en los barrios a los que solía ir a hacer fotos. En este trabajo le acompaña primero su amigo James Agee y más tarde su también amiga, la pintora Janice Loeb “Mi amiga Janice y yo teníamos cámaras de cine caseras similares, y solíamos caminar aquí y allá cada vez que teníamos ganas, no era nada planeado de ninguna manera, era algo que hacíamos por diversión, simplemente caminabamos y grabábamos en la calle. Ella iba por una calle, yo por otra y teníamos todo este material que nos gustaba mirar, cosas que rodamos en la calle. Luego pasé un largo tiempo en casa con fiebre, sin hacer nada y aburrida, así que pedí prestado el proyector a alguien, puse todo ese material en el proyector y comencé a cortarlo. Así es como pasó a ser una película aunque no estábamos planeando hacer una película en absoluto” (8). Con todas las grabaciones que hacen durante ese tiempo, en 1951 monta y produce el pequeño documental llamado In the street. En 1948, colabora en el documental The quiet one dirigido por Sidney Meyers y en el que también colabora su amiga Janice y texto de James Agee (10). Tuvo dos nominaciones a los oscars en 1949 y fue nominada como la mejor segunda película del año por la National Board of Review Awards, por detrás de la pelicula “El ladrón de bicicletas” de Vittorio De Sicca. Durante estos años Helen Levitt se gana la vida en el mundo del cine como editora independiente. Paralelamente está trabajando en su primer libro de fotografía, también junto James Agee. Un libro que se titulará A way os Seeing (20), del que Agee hace una introducción con un ensayo que resulta absolutamente inspirador (11). Lamentablemente, el libro no se publicará hasta 20 años después, en 1965 y James Agee, que fallece en 1955, no lo verá publicado. En 1949, Helen Levitt abandona la fotografía y no regresará a ella hasta 1959. En 1955, se inaugura en el MoMA la exposición The Family of Man (12) comisariada por Edward Steichen que reune el trabajo de 273 fotógrafos de más de 60 países, entre los que se encuentra Helen Levitt, y que ahora está instalada de manera estable en el castillo de Clervaux (Luxemburgo)
En 1959 obtiene una beca de la Fundación Guggenheim para hacer fotografía en color, la beca será renovada en 1960. Como fotógrafa siempre había utilizado el blanco y negro, ahora se planteaba un nuevo reto y se convierte en una pionera en la utilización del color. Durante años hace un gran número de fotografías que, lamentablemente, nunca se llegaron a exponer ya que la historia cuenta que, en 1970, un ladrón entró en su apartamento y se llevó gran parte del trabajo que había hecho durante una década, ojalá algún día estas fotografías salgan a la luz. No quiero ni pensar cómo esto pudo afectarla pero, la realidad es que, a la edad de 57 años, se puso en marcha de nuevo para vivir unos años de gran actividad y creatividad, se lanza a las mismas zonas donde realizó sus primeros trabajos en blanco y negro pero “los niños habían desaparecido de las calles, estaban en sus casas viendo la tele, fumando droga o haciendo lo que sea que hicieran”, se dedicó a buscar aquellos lugares de la ciudad que tuvieran una vida en la calle digna de Levitt (2): “Tienes que ir donde están pasando cosas. En el garment district hay camiones, personas que salen corriendo a la calle o están almorzando fuera. Pero no hay niños. Serían atropellados por todos esos camiones” El 26 de septiembre 1974, el MoMA inaugura una exposición con su trabajo titulada: Helen Levitt in color. También llamada Slideshow, es presentada dentro de una serie de exposiciones que mostraban los recientes desarrollos del arte contemporáneo (14). En esta ocasión se presentaron 40 fotografías a través de la proyección de las imagenes sobre una pared en la que van a pareciendo y desapareciendo en blucle en una forma novedosa de presenta las fotografías. Dos años más tarde se presentó en el MoMA la mítica exposición de William Egglestone (el Maestro de la fotografía en color). El MoMA adquirió una de aquellas fotografías en aquel momento y, en los años siguientes siguieron comparndo más fotografías que fueron presentadas en la exposición: Pictures by Women: A History of Modern Photography en 2010 (15)
De aquí en adelante seguirá utilizando indistintamente el color y el blanco y negro. En 1978 regresa al escenario que dejó 40 años antes cuando acompañaba a Walker Evans en su trabajo en el metro de Nueva York en 1938. Evans había fallecido en 1975 y ella retoma este tema “pero en general su fotografía era menos contenida, más de acorde con la soltura de su fotografía de calle” (17). Recientemente, en 2017, se ha publicado el libro titulado: Manhattan Transit: The Subway Photographs of Helen Lewitt.
En los años 90 dejó de hacer fotografía en color. Tenía que imprimir las copias en laboratorios especializados y, parece ser, que el resultado no era siempre el que ella buscaba. A finales de los años noventa su salud empezó a empeorar, ya no podía salir con su Leica a hacer fotos y usaba una pequeña Contax, automática y más manejable con la que siguió haciendo fotos hasta el final de su vida. Helen Levitt fallece el 29 de marzo de 2009, a los 95 años de edad (18). Menos de un mes más tarde, el 21 de abril del mismo año, fallecía en Chicago Vivian Maier. Algunos no han evitado la tentación de comparar ambos trabajos.
Algunas citas sobre Helen Levitt que ayudan a entender la persona y su obra
James Soby, en el artículo publicado en marzo de 1943 para la revista Minicam: “La fotografia de Helen Levitt y Henri Cartier es un “arte del accidente poético”, el registro de un evento en un momento de gran intensidad emocional. Ambos dependen de su visión altamente sensible e intuitiva que revelará un momento que registrarán inmediatamente con un mínimo de cálculos técnicos.”
James Agee en su ensayo de introducción para el libro A Way of Seeing, publicado en 1965: “Hay, al menos una docena de fotografías de Helen Levitt que me parecen tan hermosas, perceptivas, satisfactorias y duraderas como cualquier obra lírica que conozca. En su calidad general y coherencia, además, estas fotografías como cuerpo entero, como libro, me parecen combinar una visión unificada del mundo, un manifiesto inquebrantable pero irrefutable de una forma de ver, y de una manera suave y sin pretensiones, una gran obra poética.” (11)
Walker Evans: “El trabajo de Helen Levitt fue uno de los grandes amores de James Agee y, a su vez, el magnífico ojo de Agee fue parte de su formación inicial.”
John Szarkowski, en su libro Looking at photographs (1999) Texto de la imagen de Helen: “Las fotografías de Levitt no muestran acontecimientos inusuales; la mayoría de ellas muestran los juegos de los niños, los quehaceres y las conversaciones de la gente de mediana edad, y la atenta espera de los mayores. Lo notable de estas fotografías es que estos actos rutinarios de la vida, que se producen en todas partes y en todo momento, se revelan llenos de gracia, drama, humor, patetismo y sorpresa, y también que están llenos de cualidades artísticas, como si la calle fuera un escenario, y las personas actores y actrices, mimos, oradores y bailarines.“
Elizabeth Gand, en Child’s Play in Helen Levitt’s Early Photographs (19): “Levitt encontró una manera de negar las suposiciones reinantes sobre la infancia, la vida social urbana y la representación fotográfica, al mismo tiempo que hablaba sobre su momento cultural.“
Adam Gopnick en Improvised city – New Yorker, noviembre 2001: “Las fotografías de Levitt, como su ciudad, aunque ocasionalmente se elevan a la belleza, son en su mayoría demasiado rápidas para ello. En cambio, tienen la calidad de una conversación congelada en una esquina de la calle: salió, vio algo maravilloso, volvió a casa para contartelo, y luego, frustrada, dijo: ‘Tenías que haber estado allí’, y te das cuenta, mirando en la foto, que estuviste”
Thomas Dikant en su ensayo Helen Levitt: 10 pictures: “Helen Levitt es una fotógrafa que hizo la mayoría de sus fotografías en exteriores, en las calles de Nueva York. A pesar de que la mayoría estaban hechas en barrios pobres, como Spanish Harlem o Lower Eastside, nunca describió las lamentables condiciones de vida de los pobres, sino que siempre les fotografiaba de una manera digna. Los niños son sus modelos favoritos y su habilidad única radica en tratarlos como adultos.”
Mi punto de vista: Siempre me ha gustado la mirada de Helen Levitt. Es cierto que es una fotógrafa poco conocida en España, de hecho es bastante complicado encontrar referencias suyas en español. Con una trayectoria muy interesante pasando de la fotografía al cine, para volver a la fotografía y probar siempre nuevas cosas. Todo ello en un proceso creativo rico, pero no muy abundante en referencias lo que le da más originalidad. No viajó por el mundo como otros fotógrafos de su época pero ha sabido transmitir un momento de la ciudad de Nueva York en que la vida estaba en las calles, y lo ha hecho de una forma muy natural, sin juicios de ningún tipo. No había pretensiones detrás de la foto aunque si había un interés por fotografiar determinados ambientes de la ciudad y si tenía la sensibilidad para conocer las dificultades sociales del momento y dónde se encontraban. Me gusta también la intención que hay en la búsqueda de algunas escenas que se producen en la calle y que encierran comicidad. Es cierto que los niños dejaron de tener presencia en las calles en su época de color pero mantuvo su manera de moverse por la ciudad y seguir captando esas imágenes que transmitían un cierto surrealismo que había en las calles. Una mujer muy reservada a la que no parecían divertirle las entrevistas. En el proceso de construcción de este post me surge la pregunta de en qué punto un fotógrafo deja de ser lo que es para empezar a convertirse en la referencia de los que hablan de él…ella en este caso, o como pasar de una narrativa simple y sencilla a la sofisticada y compleja debido a los “intermediarios”.
Nota: Las fotos utilizadas en este post fueron hechas por Helen Levitt. Este trabajo no tiene fines lucrativos, ni comerciales. Su único propósito es promover el conocimiento de la fotografía a través del estudio y la investigación de los autores y permitir a más personas el acceso a esta información de manera fácil y ordenada.
The pictures used in this post are made by Helen Levitt. This work is not for profit or commercial purposes. Its sole purpose is to promote the knowledge of photography through the study and research of authors and allow more people access to this information in an easy and orderly manner.
Enlaces de interés:
Helen Levitt: 10 pictures (en inglés) de Thomas Dikant
(2) Improvised City: Helen Levitt’s New York (en inglés) de Adam Gopnik en The New Yorker 19/11/2001
(5) Helen Levitt Captured Perfect Moments, Unnoticed (en inglés). Entrevista de Melissa Block para NPR. Marzo 2009
(6) The Politics and Poetics of Children’s Play: Helen Levitt’s Early Work. (en inglés) Elizabeth Margaret Gand. 2011
(8) Helen Levitt: Children Photographs. (en inglés) Nota de prensa de la exposición en MoMA 1943
(9) A Brief Chat with Helen Levitt and a Few Other Things. (en inglés) Entrevista realizada por Sybil Miller en 2008
(10) The Quiet one. Película
(11) Ensayo para el libro A Way of Seeing. (en inglés) James Agee 1946 (en inglés)
(12) The Family of Man
(13) Hellen Levitt: “Color” (1971-1981). Galería fotografía en color
(14) Helen Levitt in color. (en inglés) Nota de prensa de la exposición en MoMA, del 26 de septiembre al 20 de octubra de 1974
(15) Pictures by Women: A History of Modern Photography MoMA 2010
(16) Helen Lewitt, retratos clandestinos en un vagón. Gloria Crespo Maclennan. Babelia 26 de octubre de 2017
(18) Muere Helen Levitt, la fotógrafa de las calles de Nueva York. Belén Palanco, El Mundo 31 de marzo de 2009
(19) Child’s Play in Helen Levitt’s Early Photographs. (en inglés) Elizabeth Gand. American Suburbx 2011
Bibliografía:
(1) Helen Levitt Phillips, Sandra S. a. Maria Morris Hambourg (ed.). San Francisco Museum-1991
In the Street: Chalk Drawings and Messages, New York City, 1938-48. Helen Levitt. Duke University Press, 1987
(3) Agee at 100: Centennial Essays on the Works of James Agee. Michael A. Lofaro, Univ Tennessee Press; 1ª edición (Abril-2012)
(4) Bystander, a history of street photography. Colin Westerbeck; Joel Meyerowitz. Bulfinch Press Book 1994
(7) Lírica Urbana: Fotografías 1936-1988. Ed. La Fábrica. 2010
Helen Levitt by Helen Levitt, publicado por powerHouse Books, 2008
(17) Manhattan Transit: The Subway Photographs of Helen Levitt. Marvin Hoshino, Thomas Zander con introducción de David Campany. Artbook 2017
(20) A Way of Seeing – fotografías de Helen Levitt con introducción de James Agee. Duke University Press, 1965
Muy interesante, a mi siempre me impresiona la vida tan llena de estos artistas de principios del siglo 20. Es verdad que las fotos de los niños en las calles de New York son muy lindas. Me gustan. Gracias Nacho. Un saludo
Yolanda
Hola Yolanda, aunque solo sea por leer tu comentario y saber que te ha resultado interesante, ha merecido la pena el esfuerzo. Gracias a ti. Un saludo